Mindfulness funciona

Mindfulness funciona

 

El mindfulness (en español “atención plena”) está de moda. ¿En qué consiste? Se trata de una capacidad de la mente humana, una capacidad que todos tenemos: la de estar en el presente, dándonos cuenta de lo que está sucediendo y aceptándolo. Aunque el presente es el único lugar que existe, el único en el que podemos estar, los seres humanos conseguimos escaparnos de ahí. ¿Cómo lo hacemos? Viajando con nuestra mente a lugares imaginarios. Al actuar en lo que se conoce como “modo piloto automático” dejamos el cuerpo en el presente, en lo que está pasando, y nos vamos con la mente a recordar lo que ya pasó o a anticipar lo que está por venir. Así, podemos estar comiendo, conduciendo o, incluso, hablando con otra persona y, al mismo tiempo, estar comportándonos mecánicamente, como autómatas, mientras nuestra mente anda a la deriva ocupada en otros asuntos.

Gran parte del malestar y de los problemas que tenemos se derivan de esos viajes de la mente que, en muchas ocasiones, nos trae como “souvenirs” de sus vacaciones emociones como la tristeza o el rencor, cuando se va al pasado (“ay, con lo felices que éramos”, “¿por qué me habrá dicho eso?, no se lo perdonaré”) o la ansiedad y el miedo cuando se va al futuro (“¿Y si me pongo enfermo?”, “¿y si me deja?”, “¿y si me despiden”?).

La práctica de la atención plena nos permite calmar nuestra mente y traerla aquí, al presente, para conectarnos con nuestro cuerpo y situarnos en lo que está sucediendo. De este modo podremos vivir cada momento como único, sacándole todo el jugo y tomando decisiones más adecuadas, basadas en saber realmente lo que está pasando dentro y fuera de nosotros y lo que más nos conviene.

 

No te creas tus pensamientos

Si te digo: “piensa que eres un avión amarillo”, puedes hacerlo, ¿verdad?. Pero…¿te lo crees?, ¿crees que si piensas que eres un avión amarillo eso lo convierte en algo real, algo cierto? Seguramente no. Sin embargo, tendemos a considerar como absolutamente ciertos muchos de nuestros pensamientos. Si piensas algo como “soy un inútil” o “nunca lo conseguiré”, es posible que te lo creas; y que de ahí se deriven una serie de emociones y acciones no muy beneficiosas para ti. La práctica de mindfulness nos enseña a distanciarnos de nuestros pensamientos y a no tomárnoslos siempre tan en serio. Podemos darnos cuenta con atención plena de nuestros pensamientos para descubrir que son un producto más de nuestra mente, que no siempre obedecen a la verdad y que, si los dejamos en paz y no los alimentamos, igual que llegan se van (sin más repercusiones en nuestra vida)

 

Aceptación

 “Lo que resistes persiste, lo que aceptas se transforma”. Solemos pelearnos con la realidad. Empleamos gran parte de nuestro tiempo y de nuestros esfuerzos en luchar y en resistirnos a lo que está pasando. Con mindfulness podemos aprender a abrirnos a la realidad, a relajarnos en lo que sucede, para después decidir si queremos cambiarlo o no. En el caso de que se pueda cambiar… Aunque tengamos mucho éxito a la hora de modificar lo que nos rodea para que se adapte a nuestros deseos, más tarde o más temprano vamos a encontrarnos con circunstancias que no podremos cambiar. Quizás merezca la pena practicar la aceptación de lo que se sucede y el relajarnos en lo que ya está aquí, en lugar de esforzarnos siempre para que nuestra realidad de cada momento sea de un modo diferente a como es.

 

La felicidad interior

 La felicidad más genuina y duradera la tienes ya, está dentro de ti. Con mindfulness aprendes a descubrirla; aprendes a darte cuenta de que tú tienes todos los recursos que necesitas para estar bien. Además de buscar la felicidad fuera (en un coche nuevo, un ascenso, una pareja o unas vacaciones) podemos encontrarla también dentro. Gran parte de nuestro bienestar procede del enfoque con el que nos acercamos a la realidad. Algunas de las actitudes que van surgiendo al practicar la atención plena, como la curiosidad, el disfrute, la alegría, la calma o la apertura hacia lo que sucede, contribuyen de forma importante a ese bienestar que no depende tanto de las circunstancias.

 

¿Quieres comenzar ahora?

 Si quieres, puedes empezar a practicar ahora mismo. Deja lo que estás haciendo, quita el volumen al móvil y programa cinco minutos en la alarma. Cierra los ojos, adopta una postura cómoda y siente cómo está tu cuerpo, si está tenso, relajado, si tienes calor, etc. Si notas alguna zona más tensa, como el abdomen, la mandíbula, el entrecejo o cualquier otra, si puedes, deja que esa zona se relaje. Localiza la respiración en tu cuerpo (en la nariz, el abdomen, el pecho o cualquier otro lugar) y siéntela. Siente la respiración, nota las sensaciones del aire al entrar y salir; sigue con tu atención el ritmo de la respiración, sea cual sea en cada momento. Date cuenta de todo lo que pasa mientras permaneces en contacto con tu respiración, si tu mente está alterada o tranquila, si tu atención se va de la respiración y te distraes con pensamientos, sonidos, sensaciones o cualquier otra cosa, si te aburres, te impacientas… Permite todo lo que sucede mientras sientes tu respiración hasta que suene la alarma. Si te das cuenta de que has perdido el contacto con la respiración, vuelve a ella. Puedes repetir esta práctica tantas veces como quieras a lo largo del día. Si eres constante, lo notarás. Mindfulness funciona.

Una respuesta a “Mindfulness funciona”

  1. Manuela dice:

    Muchas gracias, Beatriz.
    Gracias por recordar que, efectivamente, nunca estamos en el presente y eso hace que vivamos sufriendo y que nos perdamos muchos momentos de la vida.
    Gracias por compartir esta práctica.
    Un afectuoso abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *