La magia existe

La magia existe, sí. Y está ahí, a nuestra disposición. Si queremos, podemos preguntar y pedir cosas a la vida, al universo, a dios… Se ha hecho desde siempre.

Voy a contar algo que me pasó anoche. Los que me habéis leído en otras ocasiones, veréis que este no es mi «estilo» habitual. Tengo bastante reprimida la parte de mí que se confía a la magia y al universo. Entre esa magia y la espiritualidad new age, o la locura incluso, hay una línea muy fina.

Estoy leyendo la autobiografía de Jung, Recuerdos, sueños y pensamientos. Leer las experiencias de este psiquiatra me anima a expresar las mías, muy parecidas a veces a las que él, valientemente, relata.

Para convertirse en un ser humano completo hay que tener una cierta apertura de espíritu, una cierta capacidad de creer, sin tener pruebas, en las cosas que sobrepasan nuestra comprensión. Martha Nussbaum

Llevo un tiempo queriendo poner nombre a mi casa. Lo tuvo hace un tiempo, escrito en una placa en la entrada, pero no me acababa de convencer y lo quité.

Últimamente me iban surgiendo nombres, había entrado en una tienda para ver las placas grabadas que vendían… me iba acercando.

Ayer fui a la Herradura, un pueblo al lado de donde vivo, y pasé por delante del taller de una ceramista. Llamé, me abrió, charlamos y quedamos en que me haría una placa de barro para mi casa. Hubo buena conexión, me gustó su obra que estaba repartida por la entrada de la casa donde me recibió.

Quedamos en que hoy sábado le llevaría escrito en un folio el nombre, para que ella pudiera copiarlo.

Aún no sabía cuál era. Tenía varios candidatos: casa bodhi, casa maitri, casa anahata, casa paz… Ninguno me convencía. El que más, «maitri» (amor en sánscrito; «mtr» es la raíz indoeuropea de «mother», «madre», la que ama incondicionalmente). Me gusta esa palabra. Pero me parecía un poco rebuscada como nombre. Quería algo más normal, que no hubiera que explicar su significado a nadie. Pensaba en flores, en lugares, en emociones… No lo veía.

Por la noche, decido hacer un «ritual». Me lo invento. Lo monto para preguntar a quién sabe qué o quién, que cuál es el nombre de la casa.

Salgo al patio. Ahí hay un arriate con una buganvilla (la que aparece en las fotos de la web nueva y encabeza esta entrada), un olivo, un drago y aromáticas. También tengo una estatua de Buda. Le enciendo una vela al Buda, enciendo un palo santo y me siento en la mesita que hay debajo de la buganvilla. Pregunto cuál es el nombre de la casa y me pongo a escribir, un nombre en cada uno de los folios que he puesto allí, a mi lado. Casa maitri, casa bodhi, casa anahata… casa paz, casa luz. Y de pronto, sale, «casa aire», un nombre que no estaba en mi lista de candidatos. Lo escribo.

Coloco las hojas en la mesa en círculo. Las miro y pregunto, ¿cuál es el nombre de esta casa?

De pronto, el palo santo que ardía ahí, junto a los papeles, se apaga. Y a continuación aparecen seis llamitas, juntas, una al lado de la otra, todas de igual tamaño y con la parte de arriba redondeada. Salían cada una de un pliegue de la madera. Las cuento, seis, tantas como nombres había en la mesa a mi alrededor.

Empiezan a apagarse por orden. Quedan dos llamitas. Y se apagan también, una detrás de otra. Todo muy rápido. Las dos que han quedado eran las que correspondían a «maitri» y «aire», pero no me había dado tiempo de ver en qué orden se habían apagado. Quito los nombres cuyas llamas se apagaron claramente al principio y me quedo con los finalistas. Aire. Maitri.

Me lamento, qué pena, no me ha dado tiempo de ver el orden… De pronto, en el trozo de palo santo apagado…¡vuelven a encenderse las dos llamas, esta vez en forma de ascuas! Están ahí, dos ascuas brillantes en el lugar primero y tercero (se ven claramente en la madera los diferentes surquitos de los que surgen).

Ahí están, brillantes, incandescentes, claras, fuertes. Y se mantienen. La de maitri se apaga. Se queda aire. Vuelve a encenderse la de maitri. Siguen las dos. Yo allí era asombro, era llama, era nombre, era la luna llena sobre mi cabeza (se me ha olvidado dar este detalle, que era noche de luna llena).

Y maitri se apaga. Y queda el aire.

Ese es el nombre de mi casa. Casa aire.

Esta mañana he ido a ver a la ceramista, Rosario. Con el nombre en un papel. Y allí se lo he dejado, para que ella lo convierta en barro.

Barro y aire…

30 respuestas a “La magia existe”

  1. Adriana dice:

    Guauuu…lo he leído con mucha ilusión. Podía verte en ese jardín. Gracias !

  2. BEATRIZ GRACIELA dice:

    Gracias por todo lo que nos brindas y de abrirte asì, para compartir con nosotros, que hace que te sientas como una presencia amiga y querible. Y aunque no siempre tengo la compu disponible me encanta cuando encuentro algunos de tus mails . GRACIAS!!!

  3. Anabel dice:

    Guau Beatriz, que experiencia mas bonita, irrepetible y por supuesto inolvidable. Me encanta el nombre de tu hogar. Es muy inspirador. Yo me imagino libertad, ligereza, claridad, luz…..en fin, te felicito . Un abrazo de luz.

  4. M.Ángeles dice:

    Me encanta Bea que puedas ser consciente de esa parte de la vida que no podemos racionalizar. Si, la magia existe. En mi casa de verano, tengo un cerezo, en el que enciendo velas cuando quiero alguna respuesta o que se me muestre algún camino, cuando a veces me pierdo….y creedme que se manifiestan. Solo hay que creer y sentir

  5. Belén Jiménez Maya dice:

    Hola Beatriz!!! Qué bonito!! Me encanta!!! Me he emocionado leyéndolo y se me han saltado las lágrimas. Un fuerte abrazo

  6. Gabriela dice:

    Que bonita historia… Y el nombre que le puso la luna, el palo santo y también tu, pues me encanta… Gracias por compartir, me la he imaginado toda, un placer

  7. Sonia Garcia dice:

    Que bonito Bea!
    Disfruta de tu aire!

  8. Felix dice:

    Gracias por compartir ese momento de magia y por hacerme sentir, por un momento, que estaba también en el jardín pendiente de las áscuas. Me ha encantado

  9. Sole dice:

    Qué hermosa experiencia, pura magia. Elementales del fuego y del aire danzando en una noche de luna llena, para dejarte el mensaje intuido. Gracias por expresarlo🙏🙏🙏

  10. Carolina Tito dice:

    Ay,Bea…qué suerte tenemos de saber apreciar la magia ✨️…y el disfrute que nos brindas cuando conectamos…te deseo que ese aire te siga dando tanto humo tu das …dusftutala..debe ser precioso vivir ahí…
    Ay…yo quiero otra…😍

  11. Maria dice:

    Creo que la vida es un continuo de pura magia, sin trucos, y hay momentos en los que te das cuenta del gran misterio, gracias a ciertas manifestaciones más visibles, o gracias a tener una mirada más abierta. Me encanta lo que has compartido y como ha surgido el nombre para tu casa, una casa llena de maitri que propagas con el aire. Un besote!

  12. Mayte dice:

    Beatriz me encanta, me ha dado ilusión y ganas de ver con otros ojos y abrirlos más, la magia existe, hay que sentirla como tu en el ritual y se manifiesta, gracias siempre por tu tiempo y sabiduría, gracias por compartir tu magia. 🥰

  13. Manuela dice:

    ¡Qué experiencia tan bonita!
    Claro que la magia existe. me ha encantado leer e imaginarte en ese entorno que percibí de paz.
    Cada vez que mires ese trocito de barro y aire recordarás el momento tan mágico vivido.
    Considero que es una de esas pequeñas alegrías que nos brinda la vida.
    Gracias por compartir algo tan bello.
    Un fuerte abrazo y enhorabuena por tu nueva web, que hasta estos momentos no he podido ver. Está genial.

  14. EVA LÓPEZ PLATA dice:

    Precioso. El nombre no puede ser más bonito.

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