Cuando me pueda tomar una caña, la voy a apreciar y a agradecer… me acordaré de estos días de encierro y saborearé esa cerveza como si fuera un néctar divino. Esta idea o algo parecido circula bastante estos días por las redes sociales. Se nos hace la boca agua pensando en el pincho que nos vamos a tomar y en el paseo que vamos a dar por nuestra ciudad y, mientras soñamos, comemos mecánicamente o paseamos como zombis camino del supermercado.
El ser humano tiene una «mente de diario» que es bastante tontorrona. Y, con sus tonterías, nos tiende infinitas trampas y nos hace sufrir mucho más de lo necesario.
Estos días son muchas las personas que están dándose cuenta de todo lo que tenían y daban por descontado. Estamos aprendiendo a valorar y a agradecer cosas que nos parecían insignificantes, personas que creíamos que iban a estar ahí para siempre. La impermanencia, la transitoriedad, nos han dado un golpe bien fuerte. El otro día, una amiga me confesaba que ahora se está dando cuenta del valor de todo lo que tenía y no apreciaba. De cuánto se quejaba, de cuántas faltas ponía a todo lo que, ahora que no lo tiene, le parece maravilloso.
Esta toma de conciencia general del valor de lo que teníamos antes y de todo lo que hemos perdido parece muy noble, suena a una muy buena noticia. Y está genial, algo es algo. Pero trae una trampa… No quise cortarle el rollo a mi amiga, así que me alegré por su descubrimiento, pero me quedé pensando: ¿qué pasaría si te contagiaras y te vieras ingresada mañana en un hospital luchando por obtener una gota de oxígeno que te mantuviera con vida?, ¿o si perdieras en medio de esta crisis a algún ser querido? Igual te acordarías de lo que disfrutabas charlando con él o ella, o de lo a gusto que estabas confinada en tu casa, de tus ricas comiditas, de las películas que veías tirada en tu sofá, de los whatsapps que te hacían reír o llorar, de los paseos por tu balcón o del paisaje que veías desde tu ventana. Esta es la trampa. Este es el mecanismo de la torpe «mente de diario», la inconsciente, la que funciona con programas mecánicos, la que necesita un bofetón para comprender el valor y el significado de las cosas.
Esto no es científico, pero sospecho que la vida nos va a llevar para acá y para allá, nos va a dar bofetones, tirones de orejas, nos va a arrebatar lo que damos por descontado, una y otra vez, hasta que demos las gracias por el simple hecho de estar respirando. Si crees que esto tiene sentido y quieres ahorrarte algún viaje, puedes empezar ya a mirar con tus ojos de sabiduría, con tu mente más profunda, la que no es mecánica, la que sabe apreciar la grandeza de estar vivo, la que sabe disfrutar o sufrir de verdad lo que está sucediendo justo ahora, sin dejarse atrapar por ideas de lo que ha perdido o de lo que va a venir. La que está en la vida y que, además, no vacila si hay que denunciar o cambiar alguna situación, que de pasiva y de tonta no tiene un pelo.
Esto es serio, es importante… no es una trampa cualquiera. Es una trampa que hace apenas un mes te privó de disfrutar y valorar de verdad lo que estos días añoras y ahora te está privando de lo mismo. Y así seguirá sucediendo. Tú eliges si quieres seguir a esa mente inconsciente y automática que solo vive en una realidad «virtual» pasada y futura o si quieres establecerte aquí, en esta realidad, la que tienes ahora, la única que de verdad existe. Y disfrutarla o sufrirla a tope, vivirla, vivirte. Paso a paso, momento a momento… hasta que de pronto te veas en ese bar, tomando esa caña y la cojas y la sueltes tranquilamente, disfrutándola al máximo, con todos tus sentidos de par en par, y a la vez viéndola como lo que es, simplemente una más de todas las maravillas que vas encontrando en tu camino.
Si quieres compañía para explorar la vía de vivir y apreciar lo que hay, momento a momento, nos vemos los miércoles a las 18,30. Más información
Deseo de corazón que estés bien y tengas paz, ánimo y mucha salud.
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Me encanta, Beatriz ?. Llevo un tiempo leyéndote y solamente puedo darte las gracias por recordarme una y otra vez que estamos aquí para disfrutar y vivir el momento ?
Gracias, Vanessa, un abrazo fuerte!
Buenas tardes,
Gracia Bea por tus reflexiones tan sabias como apropiadas para este momento que estamos viviendo ahora, pero también lo son para cada momento que vivamos. Espero de corazón que les sirvan a muchas personas; al menos que esta situación se aproveche para dar cuenta que la vida es un regalo si la vivimos en el «presente». un abrazo!
Gracias Carmen por tus palabras y por estar ahí. te mando un abrazo muy fuerte!
Hola, Bea!
Aunque ya han pasado unos días, acabo de leer tu comentario… Y sólo puedo decirte que ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO CONTIGO… SUBSCRIBO CADA UNA DE TUS PALABRAS….
Esa absurda «mente de diario» como tú la denominas, nos ha llevado a vivir de forma automática sin ser conscientes de esas Pequeñas Grandes Cosas que nos rodean y por las que deberíamos de estar ETERNAMENTE AGRADECIDOS…
Pero…. Ni aún VIVIENDO ESTA EXPERIENCIA DE CONFINAMIENTO, que no voy a adjetivizar (porque ya hace meses entendí el sin-sentido de adjetivizar tanto lo que nuestra «mente de diario» nos quiere hacer creer que es bueno o malo), somos capaces de VER más allá y de TOMAR CONCIENCIA de que nada va a ser ya lo mismo…. porque lo que creíamos que era lo único que podía ser, lo que creíamos vivir, YA NO EXISTE NI VA A EXISTIR…
Ninguno de nosotros es el mismo después de esta experiencia de confinamiento, que no es más que el principio de un largo camino a recorrer por todos….
De cada uno de nosotros depende el cómo queramos transitarlo…
Un beso, Amiga!
Gracias, Susana! Sí, lo que trataba de transmitir es que, aunque hay circunstancias más favorables que otras, el problema no es lo que está pasando sino el mecanismo con que lo afrontamos. Un mecanismo que devalúa lo que está pasando ahora comparándolo con algo que fue o será mejor y que en realidad no existe… un abrazo fuerte!
La mente mecánica es realidad ,nada hay que cambiar de que serviría cambiar un concepto por otro ? Para llegar donde ?todos queremos salir del sufrimiento a cualquier precio quizás ese es el principio del mismo sufrimiento.Cualquier acción destinada a un cambio se convierte en un conflicto acepta lo que tienes bueno y malo es solo una dualidad,LIBÉRATE si comprende tu conflicto el mismo se diluirá si intentas cambiarlo se hará más grande.pero todavía te quedará la oportunidad de contemplarlo.
Gracias por tu comentario. No propongo cambiar nada. La que quiere cambiar algo es también la mente mecánica. Pero quizás sí puede venir bien la conciencia de esa mente y de todo. Descansar en lo que es, habitar ahí para que las compulsiones y las elucubraciones mentales no nos tengan todo el día fuera, enredados, disociados. Aquí, siendo, no hay conflicto
estoy de acuerdo … gracias por la respuesta.