Adicciones

Conseguir olvidar al otro después de una ruptura sentimental puede ser tan duro como dejar de beber. Se produce a veces un enganche tal a la pareja que, cuando nos falta, tenemos que iniciar un proceso de desintoxicación en toda regla.

Esto sucede especialmente en las relaciones en las que hay un maltratador.

No hace falta dar una paliza para que haya maltrato. Hay formas mucho más sutiles y aceptadas que producen el mismo efecto. He conocido a muchos hombres educados y finos que no tenían nada que envidiarles a los que, más burdamente, han acabado asesinando a su mujer (También hay mujeres maltratadoras)

Modus operandi para el maltrato del siglo XXI: te portas con tu pareja como un auténtico encanto. Ella se siente en el séptimo cielo y se relaja. Cuando está bien relajada y confiada le das un buen estacazo. Ese estacazo no tiene que ser físico, mejor si no lo es, pero sí tiene que ser inesperado, limpio y seco, como un hachazo. Se ve que es efectivo porque ella se queda sin respiración, como si le hubieras clavado un puñal. Toca despertar de un hermoso sueño. La magia se ha roto y le has enseñado los dientes, para que no se olvide de quién manda en la relación. Comienza una “crisis”. Dependiendo del modo en que ella responda al golpe, seguirán discusiones, separaciones, silencios…Una dinámica que va empeorando hasta que el maltratador decide invertirla (normalmente cuando ve a la víctima muy lejos o suficientemente hundida). Ya ha demostrado, y se ha demostrado a sí mismo, su poder, y puede comenzar el viaje de vuelta al paraíso perdido. Vuelven la miel, el cariño…el séptimo (u octavo) cielo. Vuelve la tranquilidad…hasta el próximo frenazo.

Este es el ciclo. Debilita y crea dependencia. Es difícil escapar de ahí, más cuanto más tiempo pasa. Sin culpar a la botella de ron, ni darle muchas explicaciones, si quieres ser libre y feliz, despierta y aléjate de ella. Totalmente. Para dejar una adicción al alcohol o a lo que sea, no vale dar de vez en cuando un traguito. Hay que mantenerse bien lejos de la droga y olvidarla para siempre.

Ninguna relación con NADA ni con NADIE nos conviene si nos da felicidad, por mucha que sea, y nos la quita de golpe, dejándonos sufrimiento y vacío. Y nos vuelve a dar felicidad…y nos la quita…y nos la da…y nos la quita…Lo bueno es estable y tiene que ver contigo. No pongas tu felicidad en manos de una botella, ni de un hombre o una mujer. Aunque no lo creas, tú mandas.

<< Volver

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *