Dos gominolas, queso parmesano y salmón ahumado: el lenguaje de los síntomas
El domingo pasado fui a comer a casa de mi tía. Cuando llegué, cerca de la hora de la comida, vi una bolsa de gominolas en el salón y, sin pensarlo dos veces, me abalancé sobre ella y me comí una. Y luego otra. Poquísimo tiempo después, ya en la cocina, mientras preparábamos un plato […]