Mindfulness challenge Sesión 3

La práctica del mindfulness nos lleva a abrirnos. No meditamos para encerrarnos en una burbuja de cristal o para coger un puntito que nos permita pasar de todo y de todos. Al contrario, meditamos para abrirnos, a los demás, al mundo y a nosotros mismos. Para vivir, para enterarnos de lo que pasa. Y para actuar. Tampoco nos lleva la meditación a la pasividad, al conformismo o a la indiferencia. Al contrario, la toma de contacto con la realidad y la comprensión profunda de la interconexión con los demás y el mundo nos lleva a querer cuidarnos, a querer cuidar y a hacer lo posible por que todos estemos bien.

No siempre es fácil abrirse. A veces, lo que hay duele o no es agradable de ver. O es muy intenso. Estamos acostumbrados a mirar para otro lado, a no querer ver lo desagradable. Esta práctica le da la vuelta a esa costumbre y nos dirige hacia nosotros mismos. Para que podamos acompañarnos y querernos en nuestro viaje hacia el mundo. Para que nos convirtamos en nuestros mejores amigos.

Todas las prácticas que planteo en mis sesiones o aquí tienen el propósito de abrir, de permitir. De dejar que lo que está ahí pueda verse, expresarse. Emociones, recuerdos, tensiones, anhelos…todo.

Por suerte contamos con ayudas para abrirnos. Hay prácticas que contribuyen y hacen más suave el proceso de abrirnos y acompañar a lo que surge. Con esas prácticas trabajaremos en las próximas semanas.

Adelanto que estas prácticas de apoyo pertenecen a dos grupos: concentración y compasión. La concentración es parar, descansar, tener un punto de referencia, conectar con nuestro centro, recogernos, afirmarnos. Para desde ahí abrirnos y recibir. Y actuar. Desde la conexión, desde nuestro ser.

Lo que he llamado «compasión» es el ingrediente amable y cariñoso de la práctica. La suavidad, el respeto del ritmo de cada uno, la ternura, el cuidado.

Estos dos ingredientes (concentración y compasión) están incluidos en la práctica del mindfulness tal y como yo la entiendo y la practico. Estas semanas vamos a incidir en ellos por separado para conocerlos bien e integrarlos en nuestro día a día y en nuestra práctica.

 

La práctica de esta semana.

Vamos a trabajar con nuestro centro, con nuestro hogar «portátil», ese que siempre está con nosotros. Cuando nos perdemos, nos agobiamos, nos sentimos sobrepasados podemos conectar con un lugar de paz que siempre está ahí para nosotros. También cuando vamos paseando, cuando estamos tomando algo, charlando con alguien o haciendo cualquier otra cosa. Siempre podemos ir a ese lugar. Vamos a seguir «haciéndonos visitas regulares», como diría el poeta Rumi. Vamos a familiarizarnos con nuestro hogar interior, a conectarnos, a centrarnos. Esta es la base de las bases, el ingrediente clave para la receta de la meditación.

Y vamos a fijarnos también en nuestra actitud de fondo, cómo es la cualidad de nuestra atención.

Cómo se hace

Cada vez que te acuerdes a lo largo del día, siente tu respiración. Disfrútala, aunque sea solo una. Nota el aire entrar y salir de tu cuerpo. En la nariz, en el pecho, en el abdomen, donde quieras. Si te apetece, puedes poner la mano en el pecho o el abdomen para notar las sensaciones más claramente. No hay que alterar la respiración, no hay que hacer nada. Solo sentir. Si quieres, puedes poner un pelín más de atención en la exhalación y en su efecto de relajar y liberar tensiones.

Y si te es posible, date cuenta de cómo es la atención que estás prestando: si es suave, espaciosa, abierta o si, por el contrario, es tensa, controladora, acelerada… Si esta parte no tiene mucho sentido para ti, déjala y solo siente tu respiración cada vez que quieras.

 

Y aquí un par de textos inspiradores. Un poema de David Whyte:

 

Suficiente. Basta con estas palabras.

Y, en el caso de que no baste,

basta con esta respiración.

Y si tampoco esta es suficiente,

baste con estar sentado aquí.

Y con abrirnos a la vida

a la que hemos evitado

una y otra vez

hasta ahora.

Justo hasta ahora

 

Y un texto de San Francisco de Sales:

Si el corazón se desvía o se distrae, llévalo de vuelta al lugar (al objeto) muy suavemente. E incluso si en toda una hora no has hecho nada más que traer de vuelta a tu corazón- porque se iba cada vez que lo traías- esa hora habrá estado muy bien empleada.

 

2 respuestas a “Mindfulness challenge Sesión 3”

  1. Carolina dice:

    Hola, no recuerdo los días y hora de reunion. Me gustaría asistir. Creo que era en las Comendadoras de Santiago.. No es así?

  2. Beatriz dice:

    Hola, martes a las 8 pm, en las Comendadoras. Un abrazo!

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